Este artículo esta dirigido a aquellos que se inician al mundo de la vela a crucero, pero no vamos a explicar aquí la teoría básica de la navegación a vela. Ya hay mucha literatura al respecto en cualquier curso de iniciación de vela ligera. Partimos de la base de que el lector sabe lo que son los rumbos (la rosa de los vientos) y los conceptos básicos de un barco de vela (orzar, arribar, viradas, etc).
En los primeros post vamos a realizar una descripción detallada del gobierno de un crucero a vela. Escribimos acerca del aparejo de las velas en los cruceros y de cómo desplegarlas y trimarlas correctamente durante la navegación. Hemos añadido todo lo que consideramos que es importante conocer y tener en cuenta para una navegación eficaz y segura.
En este primer post vamos a empezar viendo como se han de izar las velas del barco de crucero.
Velas y cabos principales
La siguiente figura representa los elementos básicos de cualquier vela:
El grátil es la parte de la vela que está más a proa mientras que la baluma es la parte de la vela más a popa.
Para trimar (ajustar) la vela habrá que cazar (tensar) o amollar (soltar) los cabos que se hacen firmes a los puños (o extremos). Una driza es un cabo que sirve para izar una vela. Las escotas son los cabos que se hacen firmes a los puños de escota y sirven para orientar las velas con respecto al viento. El pajarín es un cabo con un extremo enganchado al puño de escota y que sirve para ajustar el pujamen en sentido horizontal, paralelo a la botavara (en el caso de una vela mayor). Existen otros cabos relacionados con las velas como el amantillo o el cuningam que veremos más adelante.
Consideraciones iniciales antes de desplegar las velas
Al salir de la bocana del puerto, el patrón, teniendo claro el destino (fondeadero o puerto) y por tanto el rumbo, tendrá que pensar la maniobra de la vela. Si tenemos la desgracia de que no sopla suficiente viento habrá que prescindir de la vela y hacer el viaje a motor, con el consiguiente ruido, contaminación y consumo de carburante. El concepto de suficiente viento dependerá del barco, pero por norma general en un crucero de charter típico de 40 pies podemos considerar que a partir de 10 nudos[1] merece la pena hacerse a la vela. Si sopla menos, apenas navegaremos al no ser que vayamos en un barco más ligero o en un crucero-regata. El viento ideal para la navegación de recreo es por tanto entre 10 y 25 nudos (fuerza 3-5). Más de 25 nudos (fuerza >=6) resulta peligroso y es mejor no salir a navegar.
De todos modos, aún cuando vayamos a navegar a motor es conveniente desplegar la mayor porque da estabilidad al barco y dependiendo del rumbo incluso puede contribuir al movimiento. En conclusión, la mayor se iza siempre, al no ser que el trayecto programado sea tan corto que no merezca la pena el posible esfuerzo.
La vela mayor: Elementos de control
Descripción del aparejo
En los cruceros modernos nos podemos encontrar dos tipos de aparejos de vela mayor, la tradicional y la enrollable.
La vela tradicional tiene sables, que son piezas rígidas que atraviesan la vela horizontalmente a distintas alturas del trapo, dándole forma. Los sables son forzados (“full baton”) si llegan hasta el palo, o simples, si no llegan hasta el palo. Las mayores de sables forzados son más exigentes en navegación. En el aparejo tradicional, cuando la vela no está desplegada, reposa plegada sobre la botavara.
Por otro lado, está la más moderna vela tipo “enrollable”, que reposa enrollada dentro del mástil. Es en general considerada más fácil de manejar, principalmente porque no hay que hacer rizos, y está muy extendida entre los barcos de charter (alquiler), aunque presenta desventajas en la navegación frente a la primera[2].
Lo primero de todo, algo que tenemos que tener claro antes de zarpar, es identificar bien el aparejo de la mayor, es decir, cuales son la driza, la escota, la contra, el pajarín, el enrollador, etc. La figura 2 muestra un esquema de un aparejo genérico de una vela mayor. Ya he comentado lo que es una driza, una escota y el pajarín. Como novedad en el dibujo aparecen el amantillo, la contra y el backstay.
¿Qué es el Amantillo?
El amantillo es un cabo que sirve para sujetar la botavara (o un tangón en general). Su función es mantener la botavara suspendida horizontalmente cuando la mayor no está izada. La contra puede ser un cabo con aparejo de poleas o una barra rígida, y es usada para dar tensión a la botavara en sentido vertical hacia abajo. Por último, el backstay, no siempre presente, está formado por un cable que va desde el tope del palo hasta el espejo de popa y tiene como función dar tensión trasera al palo mayor.
Los cabos descritos suelen pasar por el piano, que es un mecanismo en cubierta por donde pasan la mayoría de los cabos de trimado y que tiene para cada uno de ellos un sistema de freno llamado “stopper”. Si se cierra el stopper el cabo no puede soltarse, aunque sí se podrá cazar más. La escota de la mayor merece especial atención porque irá sobre un carro y un juego de poleas con varios ajustes.
Se pueden considerar parte del aparejo del barco los winches, que son unos cabestrantes metálicos instalados sobre la cubierta y que sirven para tensar cabos.
Consideraciones previas a la maniobra
Las velas siempre se despliegan de popa a proa. Por tanto primero se despliega la vela mayor y ya después se sacará el génova.[3]
A partir de este punto y durante el resto de estas notas se describen operaciones relacionadas con el manejo de cabos en el barco. Todos los pasos que se cometan tienen en común la siguiente medida de seguridad.
Cuando se va a trabajar con un cabo, antes de abrir el stopper de su aparejo, es muy importante darle al menos una vuelta por un winch y sujetarlo firmemente, ya que en algunos casos el cabo puede estar en tensión y se nos puede escapar de las manos, bien quemándonoslas o bien provocando algún otro efecto indeseado.
Igualmente básico e importante es conocer el manejo del winch. Los cabos se enrollan por el winch siguiendo el sentido de las agujas del reloj. (En el otro sentido no funciona). Siempre que se enrolla un cabo por el winch hay que darle al menos tres vueltas para poder cazarlo o soltarlo durante la navegación. Esto no es un convenio sino una necesidad, ya que incluso con poco viento el cabo puede tirar con bastante fuerza y para cazar o soltar un poco va a ser imprescindible aplicar la máxima fuerza sobre el cabo.En cualquier caso es conveniente llevar los guantes de protección cuando se vaya a trabajar con cabos.
Otro comentario importante es que no hay que apagar el motor durante la operación de izado de mayor. Habrá que poner una marcha adelante mínima. Primeramente, esto es necesario para poder maniobrar el barco fijando un rumbo con la proa hacia el viento. Segundo, en caso de que surja un problema, es conveniente tener el motor en marcha.
Por fin, izado de la vela mayor
Se incluyen, en forma de epígrafes, los pasos que hay que tener en cuenta, en el orden indicado:
1) Cazar el amantillo
En algunos barcos, el cabo de amantillo, que sostiene la botavara, hace a la vez la función de driza y, antes de zarpar, habrá que soltarlo del extremo de la botavara para pincharlo en el puño de driza, quedando ésta caída sobre la cubierta durante el tiempo que la mayor permanece arriada. En este caso el paso de este epígrafe no es aplicable ya que podemos considerar que ahora el amantillo es la driza y a todos los efectos es como si no tuviésemos ya amantillo.
Pero en muchos barcos, a parte de la driza, hay también un amantillo, como es el caso en todos los de mayor enrollable. Antes de izar la mayor conviene cazar el amantillo hasta dejar la botavara bien firme en el sentido vertical, liberando de este modo la tensión sobre la vela, en concreto sobre la baluma. De este modo se podrá izar la vela con un menor esfuerzo.
2) Comprobar situación de los cabos del aparejo
Los cabos relacionados con la mayor, escota, contra, pajarín y backstay no han de ir muy cazados, para facilitar el izado de la vela. Pero es conveniente dejar algo cazada la escota para que la botavara no se vaya hacia los lados haciendo que la vela empiece a portar viento con facilidad.
3) Rumbo de proa (“aproarse”)
El paso más importante es poner la proa mirando exactamente a barlovento para evitar que los primeros pliegues de la mayor que asoman se pongan a portar haciendo una presión sobre la vela que imposibilite el que se siga izando. Una vez que, con la ayuda del motor, el patrón ha puesto el rumbo exacto hacia el viento se puede empezar la maniobra de izado. Es imprescindible que el timonel mantenga el rumbo al viento durante toda el tiempo que se sube la vela. En definitiva, lo importante es que la vela flamee mientras se iza. Si no se consigue aproar el barco del todo y la vela coge viento, una opción es largar un poco de escota de mayor para provocar que la mayor flamee.
Te interesa: Navegación de Ceñida
4) Izar la vela
4a) Sistema tradicional (con driza)
A la orden del patrón un tripulante empezará a tirar de la driza. En barcos con gran vela es útil o necesario que otra persona se sitúe frente al palo y ayude a izar tirando de la driza hacia abajo, usando el peso del cuerpo.
Una vez que la mayor ha subido casi hasta el tope del palo y que la fuerza que ejerce la driza es tal que los marineros no pueden seguir tirando habrá que hacer uso del winch, enrollando sobre éste el cabo, con al menos tres vueltas, y continuando el izado hasta el tope del palo con ayuda de la maneta. Recordar que el engranaje de ésta tiene dos sentidos de giro y ambos contribuyen al mismo giro del winch, tensando el cabo, aunque cada sentido tiene una relación distinta de esfuerzo a grados de giro (como un embrague). En caso de haberlo, es fundamental no olvidar cerrar el stopper una vez que hemos terminado de usar la driza. También suele ser conveniente amarrar el cabo en alguna cornamusa (por si falla el stopper).
Para tener una idea aproximada de hasta cuando hemos de izar la mayor, uno se puede fijar en la “arruga” que se forma en la parte inferior de la vela, sobre todo en la zona del grátil. Cuando sale la “arruga” debemos dejar la izar. Más adelante cuando tomemos un rumbo y la vela porte, la arruga desaparece.
4b) Mayor con enrollador
En este caso la mayor no se iza sino que se “desenrolla”. (En realidad la vela mayor ya está izada y enrollada dentro del palo.) Tenemos adicionalmente un cabo que es el enrollador de mayor. El pajarín juega un papel fundamental en este tipo de aparejo. Para desplegar la mayor habrá que dejar suelto y libre de todo obstáculo el enrollador (- no olvidar, por ejemplo, abrir su stopper-) y tirar con fuerza del pajarín que sacará la vela progresivamente.
Las mayores con enrollador también tienen una driza que sirve para subir y bajar la vela y aunque no se usa durante la navegación es importante conocer su existencia. Puede servir para el trimado de la mayor o para bajarla en caso de emergencia.
5) Amollar amantillo y cazar escota
Una vez que la mayor está desplegada, es ésta la que debe sujetar la botavara y es el momento de soltar el amantillo para que así sea y que de paso se tense la baluma. El resultado final tiene que ser que el amantillo no trabaja. Por último, lo más frecuente es cazar algunos o todos los extremos de la vela, pudiendo tensar la escota, la contra y el pajarín. El balumero es un cabito que tienen algunas velas en el extremo de la baluma y que se puede tensar para afirmarla. El backstay también es un elemento a tener en cuenta una vez que la mayor está izada.
La medida en que se cazan todos estos cabos depende sobre todo del rumbo que vayamos a tomar. Para la ceñida habrá que cazar a tope todos los cabos pero para un través o un largo la escota irá mucho más abierta por ejemplo. Todo esto se repasa al hablar de los rumbos y del trimado de las velas.
Recoger la mayor
Antes de recoger la mayor, es necesario poner el marcha en motor, si no lo está ya. No queremos perder el gobierno de la embarcación una vez hemos plegado la útlima vela.
Hay que aproarse, soltar la driza y varias personas, a distintas alturas de la botavara, van recogiendo la vela y plegándola. Hay que ir llevando la vela hacia atrás a medida que se va plegando. En la mayoría de los barcos suele ser útil cerrar la escotilla de entrada a la cabina, para ampliar el espacio debajo de la botavara pero también para no caerse por la escotilla si se da un mal paso. Al final, no olvidar tensar el amantillo y la escota para que la botavara permanezca afirmada y quieta.
El génova: Desplegar y recoger
Aparejo
Existen distintos tipos de génova según el tamaño. El génova 1 es el más grande y apropiado para vientos flojos o moderados. Si se prevé vientos de fuerza 4 o superior es preferible poner un génova menor, como puede ser uno de categoría 3.[6]
Normalmente nos encontramos el barco con el génova puesto y enrollado, pero es conveniente conocer el mecanismo de su aparejo por si hay que cambiar la vela ya sea en puerto o durante la navegación.
El stay de proa tendrá normalmente una guía para “relingar”[7] el génova. Además, el mecanismo para enrollar la vela alrededor del stay está formado por dos tambores giratorios. El cabo del enrollador pasará dando vueltas alrededor del tambor inferior, que reposa sobre la cubierta a proa. Cuando se monta el génova en el aparejo, la driza se engancha al tambor giratorio superior y éste a su vez se une al puño de driza de la vela, de modo que al cazar la driza, sube el conjunto de tambor y vela. Gracias a esto, al cazar o soltar el cabo del enrollador, darán vueltas los tambores y la vela, pero no la driza.
FOTO DEL ENROLLADOR Y SI ES POSIBLE DEL TAMBOR CON LA DRIZA
Puede dar el caso de que un génova no sea enrollable, típicamente si es una vela menor, y entonces se prescinde del mecanismo del enrollador. La driza del génova se engancha en este caso directamente sobre el puño de driza y la vela se iza normalmente (relingada sobre el stay, al igual que en el caso anterior). Durante el tiempo que la vela no esté izada, reposará sobre la cubierta y es conveniente mantenerla sujeta a ésta mediante algún mecanismo, con un cabo o una goma, etc.
Desplegar el génova
Cuando el génova va enrollado alrededor del stay de la proa (que es en la mayoría de los casos), la maniobra consiste en desenrollar la vela tirando de la escota del lado de sotavento. Los pasos a seguir son los siguientes:
1) Ajustar el carro de la escota
Se ajustará primero el carro del costado de sotavento. El carro conduce una polea por la que pasa la escota. Va sobre un rail y existirá un mecanismo para desplazarlo más a proa o a popa. Básicamente, para rumbo de ceñida, el carro se lleva más a popa y para rumbos portantes el carro se sitúa más a proa. Más adelante se habla en detalle del carro en relación con el trimado del génova.
FOTO DEL CARRO DE ESCOTA
2) Aclarar enrollador y escota opuesta
Estos cabos han de ir libres para no impedir el avance de la vela mientras se desenrolla. Habrá que quitar las adujas, soltar los cabos del winch, abrir stoppers y asegurar que no haya nada que pueda obstaculizarlos.
*Nota importante de seguridad:
Es importante amollar el cabo del enrollador de manera controlada, ya que en una fuerte racha podría correr rápido y provocar algún accidente (“el génova es un caballo loco”). Para ello lo que se hace es dar una vuelta al cabo por una cornamusa y una persona va amollando mientras la vela sale.
3) Sacar la vela cazando la escota de sotavento
El barco no ha de ir aproado sino tener al menos una ligera inclinación con respecto al viento, de manera que la vela empiece a portar a medida que va saliendo, lo cual ayudará a la maniobra (al contrario que pasaba con la mayor).
Antes de empezar a tirar de la escota de sotavento, se le da al menos tres vueltas alrededor del winch. A la orden del patrón se tira de la escota de sotavento a la vez que se amolla el cabo del enrollador.
Una vez desplegada la vela, para el ajuste final, se muerde la escota en el winch y se continua el esfuerzo de cazar con la maneta, hasta que la vela está totalmente desplegada y trimada según el rumbo. En ceñida, al máximo, en un través más abierta, etc.
Recoger el génova
Simplemente dejar ambas escotas libres de obstáculo y cazar el enrollador. Se debe hacer de manera que la vela se enrolle correctamente, sin pliegues ni líos. Para ello es conveniente que la vela porte un poco de viento, es decir no aproarse del todo, y es de ayuda mantener algo tensa la escota de sotavento mientras es enrollada.
[1] Un nudo equivale a una milla náutica por hora y una milla náutica es igual a 1,852 Km. Como vemos aquí, se aplica para indicar la velocidad del viento aunque también se usa para referirse a la velocidad del barco. No tiene sentido traducir de nudos a km/h en la navegación porque las distancias en el mar se miden en millas. Por ejemplo de Denia a Ibiza San Antonio hay unas 60 millas náuticas. Si navegamos a una velocidad media de 10 nudos, tardaremos unas 6 horas en hacer la travesía.
[2] Primero, el sistema del enrollador dentro del palo mayor tiene un peso considerable y frena el barco. Segundo, el mecanismo es susceptible de romperse fácilmente y si, por ejemplo, el enrollador se atasca en una situación de bastante viento, impidiendo recoger vela, nos puede poner en un apuro muy grave. Por último, las velas de mayor enrollables no tensan bien, hacen demasiada bolsa y no son por tanto muy adecuadas para la navegación de ceñida. Aún así es muy probable que el barco de charter tenga este tipo de vela y hay que conocerla bien.
[3] Si tenemos la suerte de viajar en un barco clásico con palo de mesana e incluso trinquete, será la vela de mesana la que se saca primero por estar más a popa y la trinqueta se sacará después de la mayor y antes que el (o los) foque(s) ¡!
[4] Frecuentemente se comete el error de dejar un cabo trabajando con sólo una o dos vueltas sobre el winch. Es imprescindible subsanar el error enseguida aproando el barco para reducir la presión del viento sobre la vela en cuestión y enrollando entonces el cabo con al menos las 3 vueltas.
[5] Por ejemplo, Bavaria First 35 o mismamente el Club 20.
[6] Siguiendo con el orden en tamaño descendiente, una vela menor ya se considera un foque y por último, a la vela más pequeña de todas se le asigna el nombre de tormentín.
[7] La relinga es la parte gruesa delantera de la vela, en el extremo del grátil. Relingar la vela es en este caso pasar la relinga por el mástil o la guía del stay durante el tiempo que se iza.