Si hay algo que nos puede dar miedo a bordo de un barco, especialmente en mar abierto, es que se produzca una entrada de agua incontrolada en la embarcación que pueda provocar una inundación y, en casos extremos, el hundimiento de la misma. ¿Sabrías cómo actuar si se produce una vía de agua? Te contamos todo en este post.
¿Qué es una vía de agua?
Una vía de agua es una de las mayores emergencias que podemos encontrar a bordo y se produce cuando se crea una entrada de agua a través del casco del barco. Aunque no siempre provoca consecuencias fatales, es especialmente peligrosa en el caso de pequeñas embarcaciones, especialmente de recreo, cuyas sentinas tienen escasa capacidad.
En ocasiones, se pueden producir inundaciones voluntarias para evitar la pérdida de la embarcación, lo que ocurre cuando para sofocar un incendio que no podemos controlar, por ejemplo en el compartimiento del motor: en este caso, se abren los grifos de fondos y se lleva la embarcación a poca agua para vararla.
En cualquier otro caso, si descubres agua en el interior de la nave, no pierdas la calma y actúa con rapidez. A continuación te indicamos los pasos que debes seguir.
¿Qué hacer si descubres agua a bordo?
Como ya hemos explicado, el tiempo es el factor clave a la hora de salvar la embarcación. Sin embargo, antes de poner en marcha el protocolo anti inundaciones, debes comprobar si realmente la nave está en peligro. Para ello, lo primero que debes hacer es revisar el tipo de agua:
- Agua dulce: probablemente se deba a una fuga en el depósito. El problema no es grave, aunque debes solucionarlo para evitar el deterioro del interior del barco por la humedad.
- Agua salada caliente: se trata de una fuga en la refrigeración del motor. Sólo debes buscarla y repararla.
- Agua salada y fría: existe una vía de agua que se debe enfrentar lo antes posible para minimizar los riesgos para la tripulación y el barco.
¿De dónde procede el agua?
En función de dónde se encuentre la vía de entrada del agua, el problema puede revestir más o menos gravedad, aunque siempre es importante tratar de atajarlo lo antes posible. Las causas más comunes para la entrada de agua son:
- Una escotilla mal cerrada. No es grave siempre y cuando no afecte a los equipos electrónicos, aunque la humedad puede estropear los interiores y acabado del barco.
- Falta de mantenimiento: una conservación inadecuada puede facilitar que el casco de la embarcación se deteriore, dando lugar a grietas y orificios por los que puede producirse una entrada de agua. Cuida tu barco correctamente para evitarlo.
- Colisión o varada: puede provocar un agujero de tamaño variable en el casco, aunque la ventaja es que, si lo has notado, te será más fácil encontrar por dónde está entrando el agua y atajar el problema más rápido.
- Pérdida de estanqueidad de las válvulas de fondo, bajo la línea de flotación. Revisa estos elementos periódicamente para asegurarte de que están en buen estado.
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¿Cómo evitar una inundación en la embarcación?
Una vez descubierta la vía de entrada del agua, es fundamental conseguir desalojar más agua de la que entra en la embarcación. Para ello, toda la tripulación debe trabajar a la vez y de forma coordinada:
- Lo primero es descubrir la vía de agua y taponarla. En el siguiente punto te explicaremos con más detalle cómo hacerlo.
- A continuación, se debe poner en marcha la bomba de achique eléctrica, siempre sin apagar el motor, ya que de hacerlo corremos el riesgo de quedarnos sin batería en poco tiempo. Se trata de bombas que disponen de un pequeño motor eléctrico que, al proporcionarle alimentación, se ponen en marcha a voluntad. También existen las bombas automáticas, normalmente instaladas en las sentinas, que son aquellas que se conectan automáticamente cuando el agua alcanza cierto nivel.
- Un miembro de la tripulación debe hacerse cargo de la bomba manual, mientras que todos los demás tratan de sacar la mayor cantidad de agua posible con baldes.
- En función de la posición y la gravedad de la vía, se debe poner rumbo al puerto más cercano y pedir ayuda por radio.
Así debes taponar la entrada de agua
Taponar la vía lo antes posible es siempre el primer paso porque, por pequeño que sea el orificio, es imposible achicar el agua a mayor ritmo del que entra: por un agujero de sólo 10 centímetros cuadrados pueden llegar a entrar hasta 240 litros de agua por minuto, en función de la distancia que haya hasta la línea de flotación (a mayor profundidad, mayor presión de agua).
A la hora de impedir la entrada de agua, es aceptable utilizar cualquier tipo de material u objeto capaz de tapar el orificio, aunque lo más común es utilizar espiches: se trata de un objeto cónico, fabricado en espuma o madera, especialmente indicado en el caso de roturas de válvulas de paso o grifos de fondo.
En el caso de que la vía se produzca en un velero, una de las soluciones más eficaces es pasar una de las velas por debajo del casco, envolviéndolo, de forma que se tapone la entrada del agua desde fuera, utilizando la propia presión de la misma. En otro tipo de embarcaciones podemos contar con palletes de colisión (lonas reforzadas) o turafallas (una especie de ejes roscados con ambos lados reforzados de caucho).
Además, y en el caso de pequeños orificios en embarcaciones de recreo, existe un tipo de cera polimérica, capaz de endurecerse debajo del agua, que puede facilitar el arreglo. En caso de emergencia, colchonetas, mobiliario o, incluso, el propio cuerpo, pueden servir para impedir o retrasar la entrada del agua.
¿Cuáles son los puntos de mayor riesgo en la embarcación?
Las vías de agua pueden producirse por diferentes causas: además del golpe debido a una varada o a un abordaje, en la embarcación existen puntos críticos que atraviesan el casco por los cuales también se puede poner en riesgo la flotabilidad.
Uno de estos puntos es la bocina, el orificio de entrada del eje de la hélice, que suele ser un casquillo de bronce antifricción, siendo el prensaestopas con su empaquetadura el elemento que evita la entrada de agua. Se trata de un elemento de cuyo buen estado nos debemos asegurar siempre, ya que su rotura puede provocar la inundación de la embarcación.
Otro elemento a tener muy en cuenta es la limera, el orificio por donde pasa la mecha del timón, ya que un simple roce del timón sobre fondo o un golpe puede hacer que se doblen o rompan los retenes, provocando una vía de agua.
Otros puntos de suma importancia, y que por tanto deben estar siempre en buen estado de conservación, son los puntos de descargas de los servicios y todos los grifos de fondo, al igual que las abrazaderas y manguitos por donde circulen tomas de agua de refrigeración del motor, tomas para baldeos, entrada de correderas, de sonda, etc…
Es, por lo tanto, muy conveniente que cada vez que la embarcación esté en el varadero se revisen a fondo todos estos puntos y se afirmen para evitar problemas por falta de mantenimiento.
¿Cómo prevenir la entrada de agua a la embarcación?
Existen ciertas medidas que pueden ayudar a prevenir que se genere una vía de agua en el barco que nos dé un buen susto:
- Cerrar las escotillas en cuanto comience a empeorar el tiempo.
- Mantener cerradas todas las válvulas que no estén en uso. Durante el mantenimiento de la embarcación, abrir y cerrar todas, para asegurar que no hay ninguna bloqueada por la falta de uso.
- Revisar de forma periódica todos los tubos que salen de las válvulas de fondo y comprobar que están en perfecto estado.
- Atar al lado de cada válvula un espiche del tamaño adecuado para tenerla siempre a mano en caso de emergencia.
- Asegurar que la sentina está siempre completamente seca: de esta forma, detectaremos con rapidez cualquier fuga, por pequeña que sea.
- Al menos un par de veces al año, revisar y reengrasar las estopas.
Recuerda: la mejor manera de evitar que el susto derive en un problema grave es mantener la calma. Envía una señal de SOS, trata de llegar con el barco al puerto más cercano y prepárate para abandonarlo si es necesario, pero no lo hagas hasta que el hundimiento sea inminente.