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¿Qué hacer si se pierde la brújula a bordo?

Navegar sin brújula es una de las situaciones más comprometedoras que pueden darse en el mar, especialmente cuando no se cuenta con instrumentos de navegación electrónicos o cuando estos fallan simultáneamente. La brújula magnética sigue siendo, a día de hoy, el instrumento más fiable en cualquier embarcación porque no depende de baterías, satélites ni sistemas eléctricos. Por eso, perderla —o ver que deja de funcionar— exige actuar con rapidez, calma y criterio. A continuación, te explicamos qué hacer paso a paso para mantener la seguridad y recuperar el control de la navegación.

Mantén la calma y evalúa la situación

El primer error habitual ante una avería o pérdida de un instrumento vital es entrar en pánico. Mantener la serenidad es esencial para evitar decisiones impulsivas. Evalúa:

  • ¿Ha desaparecido la brújula o simplemente ha quedado inutilizada?
  • ¿Tienes alternativas a bordo: electrónica, brújula de mano, compás de demoras, smartphone?
  • ¿En qué condiciones estás navegando: mar, viento, visibilidad, distancia a costa?
  • ¿Estás solo o hay tripulación capaz de ayudar?

Esta evaluación inicial determinará los siguientes pasos y te permitirá priorizar la seguridad.

Recurre a la navegación electrónica… si funciona

Si bien la brújula magnética es insustituible, la mayoría de embarcaciones de recreo y barcos profesionales cuentan con sistemas de navegación electrónicos: GPS, plotter o compases digitales. Si la pérdida de la brújula no va acompañada de un fallo eléctrico general, utiliza estos dispositivos para mantener el rumbo con precisión.

Un punto clave: asegúrate de tener baterías suficientes o un generador operativo. Si los equipos electrónicos dejan de funcionar por falta de energía, te quedarás sin ninguna referencia.

Utiliza dispositivos móviles como recurso temporal

En ausencia de instrumentos náuticos tradicionales, un simple smartphone puede sacarte del apuro. Casi todos incluyen una app de brújula basada en sensores internos, que aunque menos estable que un compás marino, sirve para mantener un rumbo aproximado.

Eso sí, esta solución es temporal y depende de:

  • Carga de la batería
  • Ausencia de interferencias metálicas
  • Resistencia del dispositivo en condiciones marítimas

Guárdalo siempre en un lugar seco y protegido tras cada consulta.

Recurre a referencias visuales naturales

Cuando no dispones de ninguna brújula, la navegación por referencias visuales se convierte en tu principal aliada, especialmente en navegación costera.

Si navegas de día:

  • Busca accidentes geográficos reconocibles: montañas, torres, edificios, faros.
  • Mantén un alineamiento entre dos puntos fijos (por ejemplo, un promontorio y un faro) para asegurar que el rumbo es estable.
  • Observa el sol: su posición te permite intuir los puntos cardinales.
    • Sale por el Este, culmina hacia el Sur (en el hemisferio norte) y se pone por el Oeste.

Si navegas de noche:

  • Identifica luces de navegación fijas: faros, boyas o ciudades costeras.
  • Si el cielo está despejado, utiliza las estrellas. La Estrella Polar, por ejemplo, indica siempre el Norte en el hemisferio norte.

Usa el viento y el oleaje como guía

Navegar siguiendo patrones naturales es una técnica ancestral. Aunque no da un rumbo exacto, te permite mantener una dirección relativamente constante.

  • El viento, si se mantiene estable, es una referencia útil: fija un ángulo constante entre el viento y tu embarcación.
  • El oleaje suele seguir un patrón general. Alinearte con el sentido de las olas o mantener un ángulo estable con ellas ayuda a conservar el mismo rumbo.

Estas referencias son válidas para orientarse durante un tiempo, pero deben combinarse con observación constante y correcciones frecuentes.

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